Si bien respetamos escrupulosamente las atribuciones de los equipos directivos, estamos legitimados para exigir que estén capacitados y sean idóneos. Hay una serie de preguntas que deberían plantearse:

1. ¿Creen que los trabajadores debemos sentirnos identificados con sus decisiones ya que para eso cobramos?
2. ¿Están convencidos de que el modelo de relaciones laborales favorece y contribuye a que la plantilla se sienta satisfecha, motivada y valorada?
3. ¿Consideran que los controles (estadísticas, reuniones, etc.) y las presiones incrementan la dedicación, la productividad y los resultados?
4. ¿Piensan que dentro de las empresas es posible que los trabajadores puedan aspirar a un mayor desarrollo profesional o a una mejor retribución económica?
5. ¿Pueden sostener que la organización del trabajo y la atención a los clientes son las adecuadas?

Si las respuestas son negativas, deben corregir urgentemente su dinámica; si son positivas, han de saber que son los responsables directos del clima laboral y del estado anímico de la plantilla. Si optan por no responder, evidenciarán una grave miopía e inconsciencia.

NUESTRO INTERES ES EL TUYO, ¡¡QUEREMOS AYUDARTE!!

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